domingo, 4 de febrero de 2007

Dipsómano

Llueve la madrugada de su vida
la noche lo empapa todo, nunca se viene el día.
Autocomplaciente dolor de una memoria vacía
dónde el vaso recuerda lo que el sueño olvida.

Vivo en una muerte, atrapado en una vida
desabrigado transeúnte de la soledad marchita.
Condenado a la sed, muerto en orgía
No hay amigo, no habrá misas.